Hace casi dos mil años, las y los primeros granadinos, los primeros urbanistas, identificaron un enclave geográfico y natural único. Al pie de Sierra Nevada, en el borde sureste de una gran depresión con un enorme valor productivo, la Vega; y surcada por cuatro ríos, el Genil, Darro, Monachil y Beiro, eligieron dos elevaciones (Alhambra y Albayzín) y sus laderas para iniciar los primigenios asentamientos urbanos.
En este largo periodo, las diferentes culturas (romana, visigoda y árabe) han legado un patrimonio cultural único en el planeta. Que se enriqueció de manera incalculable a lo largo de nuestra historia, con un crecimiento natural de la ciudad hacia el sur, oeste y norte; proceso que ha continuado hasta nuestros días. Hoy, más de medio millón de personas desarrollan su actividad social, laboral, educativa, cultural, recreativa y deportiva en nuestra ciudad y su área metropolitana.
La pandemia de la COVID-19 ha evidenciado, más si cabe, la necesidad de garantizar a toda la población las infraestructuras físicas de alojamiento y espacio público que les posibiliten llevar adelante sus proyectos de vida y convivencia personales y colectivos de forma socialmente cohesionada, de manera equilibrada por todos nuestros barrios y ambientalmente sostenible.